La figura del dietista-nutricionista se tuvo que crear para que el sistema sanitario contase con un profesional capaz de intervenir a nivel preventivo en los hábitos alimenticios de la población sana y/o con patologías. ¿Cuándo acudir a el?
En tiempos en los que cualquiera que lee, sigue a alguien en RRSS, hace un curso “del todo a cien”, o simplemente cree poder dar asesoramiento nutricional por haber obtenido éxito con una dieta, aquí nos referiremos al dietista-nutricionista verdadero y con titulación oficial.
Llevar una dieta nutricionalmente adecuada está muy lejos de referirse exclusivamente a una dieta para perder peso. Es la mayor arma preventiva que tiene el ser humano de cara a futuras enfermedades y está demostrado que mejora la calidad de vida de la población. Aun así, la medicina actual se basa en atención meramente paliativa y en países como el nuestro, deja de lado a sanitarios como los D-N, estando muy lejos las recomendaciones de la OMS de tener uno por cada 50 camas hospitalarias.
Quien desee acudir a un D-N en la mayoría de los casos tendrá que hacerlo de manera privada. Estos son algunos de las situaciones por la que tú podrías requerir sus servicios:
Perder peso sin atajos. Ganar salud.
Planificación y organización de menús con alimentación saludable para personas que por su trabajo o falta de tiempo descuidan este aspecto o necesitan mejorarlo. Reeducación alimentaria.
Mejorar rendimiento deportivo.
Alimentación que mejore o prevenga problemas intestinales, alergias e intolerancias.
Dieta personalizada para patología concreta: obesidad, diabetes, colesterol, hipertiroidismo, hipotiroidismo, enfermedades autoinmunes…
Diseño de menús y seguimiento para situaciones fisiológicas (crecimiento, embarazo, lactancia...).
Planificar menús nutricionalmente correctos en alimentación vegana, vegetariana, flexitariana…
Además el D-N aporta una labor educativa, ya que te capacita y da las herramientas necesarias para poder elegir y realizar la compra de los alimentos que conformarán tu dieta de forma correcta, enseñándote a interpretar el etiquetado de los alimentos y desvela los verdaderos propósitos del marketing que la industria impone.
Esta labor educativa se puede llevar más allá ayudando en campañas de educación alimentaria para distintos grupos de población.
El nutricionista en la industria puede aseorar en la formulación nutricionalmente correcta y trabajar en campañas de marketing nutricional coherentes para ofrecer cada vez productos más sanos y sostenibles al consumidor.
La figura del D-N en restauración colectiva planifica y diseña menús escolares, de residencias de ancianos, cartas de restauración…
Autor: Jose Luis Díaz Cruz