Cuando existen estudios de que un nutriente por separado surte efectos beneficiosos para nuestra salud, rápido se crean suplementos y fortifican alimentos con el. Conviene saber cuando o no son verdaderamente necesarios.
1. ¿Podría obtener suficiente cantidad de omega 3 a base de alimentos enriquecidos en este ácido graso?
Tanto si elegimos que nuestra fuente de omega 3 sea de origen animal, vegetal o lo ideal, mixta, estamos obteniendo este tipo de ácido graso esencial de forma natural en su composición. Los alimentos fortificados hay que recurrir a ellos si por el motivo que sea no se puede consumir el resto. Pero nunca elegirlos como primera opción para cubrir una necesidad nutricional. Siempre se enriquece alimentos que tienen un consumo frecuente, para que así a la larga haga un verdadero beneficio. Por ejemplo, si la leche estuviese altamente enriquecida en omega 3, las cosas claras, sabría a pescado, y comercialmente no sería viable. Pero es un alimento de consumo frecuente, por eso al tomarlo todos los días podría llegar a aportarnos la dosis suficiente para obtener el beneficio deseado. Ahora bien, con un solo filete de 150g de salmón tendrías el mismo omega 3 que tomando casi 10L de leche, en la práctica te sale mejor tomar salmón. Peor opción sería elegir un ultraprocesado, como son las galletas enriquecidas con omega 3, ya que sería un mal alimento para consumo diario. Estos aspectos son los que hay que cuidar si a la larga se quiere llevar un estilo de vida saludable. Hay que ser claros, mejor 365 días alternando entre pescados azules, marisco, semillas de lino, aceites vegetales como el de lino, nueces? que 365 días a base de galletas o cualquier ultraprocesado para obtener omega 3.
2. ¿Son necesarios los suplementos con omega 3?
Ningún suplemento alimenticio es necesario a no ser que una persona en concreto tenga una situación que requiera de ellos. Nunca se pueden recomendar a la población en general. En el caso de los omega 3, se recomendaría su uso, bajo prescripción sanitaria, para mejorar algunas patologías.
Sin hablar de patologías, una recomendación, por ejemplo, sería si una persona tiene alergia a la proteína del pescado y no consume a penas las fuentes vegetales de omega 3. En ese caso lo mejor es que acuda a un profesional sanitario para que le indique qué suplemento de omega 3 tomar, ya que en el mercado existen infinidad de ellos, algunos con unas cantidades de omega 3 de broma. Un dietista-nutricionista también va a tener en cuenta la ética alimenticia para indicar el suplemento y evitar su procedencia animal en caso de una persona vegana, o al menos explicarle la diferencia entre uno y otro y cuál es más efectivo para la asimilación final en nuestro organismo. Si son de EPA y DHA (la única forma de omega 3 que asimila nuestro organismo para dar beneficio real), suelen ser de aceites de pescado. Estos aceites se extraen de peces grasos de mayor tamaño, con un hígado más grande que puede contener más metales pesados como el mercurio. Por esto un suplemento va a ser mayor calidad si hace una mejor extracción de este aceite. Algunas investigaciones apuntan a realizar esta extracción con tecnología de fluidos supercríticos para obtener omega 3 completamente limpio y brindar suplementos alta calidad. Otros extraen el omega 3 del krill, un pequeño crustáceo parecido al camarón que se alimentas de algas del fondo marino de las cuales obtiene el omega 3. Precisamente de estas algas también se obtienen suplementos de origen vegetal con EPA y DHA. El precio de los suplementos de omega 3 nos va a dar una pista de la calidad final del producto así como su forma de encapsulado y envasado para mejor conservación.
Otra situación en la que se podría recomendar este tipo de suplementos es en el caso de un escenario catastrófico, en la que el pescado ya no aporte omega 3 suficiente. Es una situación exagerada, pero los peces no fabrican omega 3, al igual que nosotros lo necesitan incorporar a su organismo a través de su alimentación comiendo ciertas microalgas. Vamos a pensar que estamos lejos de este escenario, pero es un factor más para que cuidemos los fondos marinos.
Autor: Jose Luis Díaz Cruz